lunes, 18 de octubre de 2010

Crónica de una posible realidad


Se crea una comisión para iniciar las tareas de rescate, integrada por 25 miembros del oficialismo y 19 de la oposición. Cada miembro contará a su vez con cinco asesores y dos secretarios. Las tareas se demoran porque no hay acuerdo para designar al presidente de la comisión.
No hay fondos para las tareas de rescate. Por lo tanto, el gobierno va a cobrar por única vez un nuevo impuesto. Se sospecha que dicho impuesto lo seguirán cobrando durante los próximos dos siglos.
Los chilenos nos prestan la grúa de rescate, pero esta no llega porque el túnel internacional está cortado por un grupo de andinistas que reclaman  que se le cambie el nombre al cerro Aconcagua.
Una vez liberado el paso internacional, la aduana, luego de tres meses, autoriza el ingreso de la grúa (previo pago de un canon especial al director de aduanas).
La grúa no puede llegar a la Mina porque el que la maneja pertenece al sindicato de peones de grúas. Moyano hijo le corta el ingreso con camiones aduciendo que la grúa tiene cuatro ruedas y que por lo tanto el encargado de la grúa debe estar afiliado al sindicato de camioneros. Luego de intensas negociaciones  el de la grúa es afiliado al sindicato de camioneros y a una de las novias de Moyanito se la pone primera en la lista para Senadora Nacional por Buenos Aires en las próximas elecciones.
Mientras tanto Tinelli ya dio instrucciones a la producción para que traigan a uno de los Mineros a participar en "Bailando por un sueño". La noticia hace que Pachano se pelee con la Alfano.
Logran bajar una mini cámara de TV al fondo de la mina pero no logran ver a los  mineros.  La camarita solo transmite Tinelli y "Fútbol para todos".
La grúa tarda otros dos meses en llegar porque todas las rutas están cortadas y porque el que la conduce fue víctima de un secuestro extorsivo.
Aníbal  Fernández anuncia que lo de los mineros es una sensación.
La Bonafini dijo que los mineros son unos cipayos hijos de puta y tienen bien merecido morirse enterrados, luego se tomo un avión a China para dar su apoyo al gobierno de ese país por el ataque del que fue víctima  por consecuencia del premio Nobel de la paz.
Llega la grúa pero cuando bajan la cápsula, el cable se corta. Un Juez investiga irregularidades en la compra del material y descubre que se compró el de peor calidad, pero se lo pagó a precio del que viene revestido en oro. La causa llega al Juez Oyarbide que urgente ordena el archivo de las actuaciones. El Consejo de la Magistratura dispone el archivo del pedido de destitución de dicho juez.
Llega una orden para que detengan el rescate hasta tanto lleguen las gorras y las remeras que tendrán que ponerse los mineros antes de salir a la superficie. Vienen con la leyenda “Presidencia Cristina Fernández de Kirchner”.
Finalmente, y luego de dos años y medio, rescatan al primer minero. Sorpresa mundial: es el único que había quedado atrapado por que los otros 32 eran ñoquis que jamás iban a laburar.
El minero rescatado lee el diario y al finalizar ruega que lo vuelvan a poner a 700 metros de profundidad. Teme ser  una víctima más de la violencia.

viernes, 13 de agosto de 2010

Cada vez peor


El 25 de Mayo de 2010 la República Argentina cumplió 200 años y se celebró el Bicentenario de la independencia de la Corona española.
Durante estas 20 décadas el país vivió todo tipo de situaciones; por ejemplo, de ser “el granero del mundo” cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, pocos años después sufrió sucesivos golpes de estado que fueron devastando el patrimonio nacional.
Se había dejado de creer en la democracia y el pueblo argentino estaba inmerso en un mar de dudas y sin rumbo fijo.
Argentina tuvo que padecer una guerra nefasta e inconclusa (La Guerra de Malvinas) para abandonar una etapa marcada por el miedo y la injusticia.
Hoy, a más de 28 años de Malvinas, el país reafirmó lo más importante de un estado libre y con derechos: la democracia. Sin embargo, el actual gobierno hace dudar de esa palabra tan rica y necesaria para el bienestar social.
Inseguridad, desempleo, falta de educación, falta de justicia, medios de transporte desastrosos, son algunos de los problemas que forman parte de la rutina de los habitantes argentinos.
El día a día en la Argentina es cada vez más difícil. Las esperanzas de recuperar la riqueza que supo tener el país se van perdiendo minuto a minuto y el futuro es cada vez menos alentador.
Cumplidos los 200 años de vida, se puede decir que Argentina tuvo un pasado gris y confuso; que vive un presente negro y sin aliento; y que el futuro, a este paso, será más oscuro e incierto.

sábado, 19 de junio de 2010

Una burbuja de sangre envuelve el miedo en Bariloche

La gente tiene miedo, mucho miedo. Permanecen en sus casas, guardados, rogando que se termine esta locura. Es lógico y entendible. Bariloche jamás atravesó una situación similar. Los ciudadanos no están acostumbrados al caos, nunca se imaginaron que algo así pasaría en la zona.
Todo empezó en la madrugada del 17 de junio, cuando un móvil de la Comisaría 28 fue alertado por un robo. En el trayecto al lugar, los policías advirtieron la presencia de tres jóvenes sospechosos sobre la ex ruta 258. Los efectivos intentaron demorarlos, pero los chicos iniciaron la fuga. Se produjo una persecución, normal en este tipo de casos, hasta que llegaron a la plaza del barrio Boris Furman. Fue ahí que uno de los agentes disparó su arma reglamentaria y el tiro impactó en la cabeza de Diego Bonefoi. El muchacho de 15 años ingresó fallecido a las 5 de la mañana al Hospital Zonal Ramón Carrillo.
En la plaza quedaron elementos de una casa cercana, confirmándose así que los tres jóvenes venían de robar.
Con este suceso, los disturbios y el caos recién comenzaban en San Carlos de Bariloche.
Al enterarse de semejante noticia, familiares y vecinos del joven asesinado, enfurecieron y apedrearon la Comisaría 28, ubicada en la intersección de las calles Onelli y Pablo Mange.
“Me entere de la muerte de mi hijo en el entretiempo del partido entre Argentina y Corea del Sur. Diego era un pibe re copado y lo voy a extrañar toda mi vida”, comentó Sandro Bonefoi, padre del chico asesinado. Que en medio de tanto dolor, también agregó: “La policía esta para cuidarnos, no para andar matando a los pibes”.
En conjunto con el grupo BORA (Brigada de Operaciones, Rescate y Antitumulto), la Policía de Río Negro respondió a las agresiones “devolviendo” los piedrazos; sumados a balas de goma, gases lacrimógenos y bombas de humo.
El Jefe de la Regional III, Comisario Argentino Hermosa, justificó el accionar de los efectivos: “Resistieron el ataque contra la Comisaría, que ocasionó varios destrozos, y reprimieron con armas no letales”. A su vez, amplió que Diego Bonefoi portaba un arma calibre 22 al momento de su muerte.
La zona de enfrentamiento se fue ampliando con el correr de los minutos, involucrando a gran parte de los barrios aledaños a la Departamental 28. La violencia no tenía punto límite y otra víctima mortal se sumaba a los títulos periodísticos. En este caso se conocía la muerte de Sergio Cárdenas, de 29 años, también por un impacto de bala.
El caos, la desesperación, la intranquilidad y la impotencia fueron protagonizando la jornada más trágica de la historia de la región.
Cayendo la tarde del jueves 17 de junio, se presentaron el intendente Marcelo Cascón y el juez Martín Lozada, quienes quisieron brindar armonía en el barrio. Sin embargo, a pesar de haber acordado con la familia Bonefoi una conferencia en conjunto, los vecinos que se encontraban en el lugar agredieron con piedrazos a Cascón y a Lozada, obligándolos a retirarse en su auto Wolsvagen Gol, con la luneta trasera destruida por las piedras.
“La situación es muy compleja y la policía esta desbordada”, expresó el jefe comunal de Bariloche, que también hizo referencia a la falta de interés del Gobernador de Río Negro, Miguel Saiz. “Ni siquiera levantó el teléfono para saber que esta pasando”, culminó Cascón.
Agravando la situación, durante los enfrentamientos por la muerte de Diego Bonefoi, algunos delincuentes intentaron saquear el supermercado “Todo” ubicado en La Paz 905. No conformes con esto, incendiaron el auto de un empleado del comercio. Pero los hechos delictivos siguieron: robaron y rompieron taxis, robaron y rompieron remises, robaron y rompieron colectivos urbanos, entre otros actos ofensivos.
Mientras los disturbios continuaban en el “alto” de la ciudad, otro joven en grave estado ingresaba al Hospital Zonal, que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de urgencia. Horas más tarde se conocía el falleciendo de Nicolás Carrasco, de 17 años, a causa de un balazo en el abdomen. Así, la violencia se cobraba la tercera víctima fatal y más de 30 personas heridas.
El mal día terminaba y los ciudadanos rogaban que el conflicto tenga punto final. Pero de ninguna manera se cumpliría la plegaria de la gente. Tiros, gritos, piedrazos y disturbios se adueñaron de la noche barilochense.
“No dormimos en toda la noche. No podemos salir a la vereda. No fuimos a trabajar porque no podemos asomar la cabeza afuera. Vivimos con miedo y nadie hace nada por nosotros”, expresó un vecino del barrio Boris Furman, que por razones lógicas, no quiso dar su nombre y terminó su comentario expresando: “Todos sabemos el prontuario que tiene la familia Bonefoi y el daño que le hace a la sociedad convivir con gente así”.
Con la rutina de la población totalmente quebrada y el miedo ya instalado en toda la ciudad; familiares, amigos y cercanos a la familia Bonefoi se manifestaron en el Centro Cívico después de las 17 hs del viernes 18 de junio. Más de 200 personas que bajaron de los barrios “altos”, causaron destrozos en la Comisaría 2º del centro, incendiando una de las oficinas administrativas que se encuentra en el frente de la unidad policial.
Unos 25 efectivos del grupo BORA pudieron alejar del Centro Cívico a los manifestantes que querían devastar lo que se les cruce. Lo que no pudieron evitar fueron los destrozos, saqueos y robos que ocasionaron en la calle Mitre. Más de 20 locales fueron dañados y perjudicados por la gente que volvía de incendiar el Centro Cívico. Los comerciantes, indignados, se quejaron con justas razones sobre la mala seguridad que brinda la Policía de Río Negro. “Yo trabajo y no tengo protección, ellos roban y van custodiados a su casa. No lo puedo creer”, opinó con furia un antiguo vendedor de la calle Mitre.
La mayoría sabe y la mayoría no habla. La mayoría sabe que la familia Bonefoi escribió y sigue escribiendo una historia de película en las calles sureñas. La mayoría recuerda que el 23 de mayo de 2005, Juan Antonio Bonefoi, Roberto Soto y José Luís Campos, robaron el Banco del Chubut en la localidad de El Maitén, llevándose casi $400.000. La mayoría sabe que desde el 7 de junio de 2007, Juan Antonio Bonefoi esta cumpliendo una condena de 16 años de prisión.
La mayoría no, pero gran parte de la gente, sabe que hace dos semanas quedó en libertad otro Bonefoi de la cárcel de Batán. Un dato más para algunos, una sorpresa para otros, y una confirmación para muchos.
Así esta San Carlos de Bariloche. Con tres muertos, mas de 30 heridos y casi 20 detenidos. Golpeado, totalmente golpeado. Con estado de sitio, no declarado, pero así es. Con la población esperando el accionar de Gendarmería, algo de no creer que se pida esto. Con la impotencia de vivir con miedo y no saber que pasará en los próximos cinco minutos.
La inutilidad de las autoridades sale a luz, y con ella, brilla la ausencia de la seguridad policial.
Hay incertidumbre, una burbuja de dudas y preguntas envuelve a Bariloche. La paz esquiva al paraíso turístico, los tiros aturden a los niños.
La tranquilidad no la da un papel, ni las letras que la pueden escribir. La tinta no puede evitar el miedo ni aumentar el coraje.
Sin embargo, el papel, las letras y la tinta, pueden hacer razonar y pensar. Y el comentario y la opinión de estas tres cosas, puede unir a multitudes.


CHRISTIAN POUJARDIEU

miércoles, 12 de mayo de 2010

Reseña Olímpica en el Bicentenario de la Argentina

En este Bicentenario de la Argentina, el deporte Olímpico ocupó un espacio representativo en la historia del país, aunque no siempre bien valorado.
Desde la primera delegación argentina de 93 representantes que acudió a París 1924 hasta la última de Beijing 2008 con 138, existe una historia de gloria, de méritos reconocidos y de pasiones populares, pero también están escritos los capítulos de la desidia, el marginamiento y el rol del Estado como factor protagónico.
Los primeros triunfos llegaron de la mano del polo y del boxeo a partir de Paris 1924, esta última disciplina fue la que más medallas le dio al país, mientras que el deporte de los reyes solo se jugó dos veces y en ambas oportunidades las medallas doradas quedaron para la Argentina.
El primer logro individual en atletismo, lo consiguió el maratonista Juan Carlos Zabala en los Juegos de Los Ángeles 1932, quien con récord olímpico hizo flamear la bandera nacional.
En los Juegos de Berlín 1936, y en pleno apogeo nazi, la nadadora Jeanette Campbell se convirtió en la primera mujer en ganar una medalla representando a la nación, fue una presea de plata en 100 metros libres.
Debido a la interrupción por la Segunda Guerra Mundial, los Juegos Olímpicos volvieron en 1948, con sede en Londres, y se los recuerda por presentar la delegación más grande, con 240 deportistas argentinos y por los buenos resultados obtenidos, habiéndose ganado 7 medallas.
Entre los deportistas más destacados, se encontraban Noemí Simonetto, que obtuvo la medalla de plata en salto en largo y se convirtió en la primera mujer sudamericana en ganar una presea en atletismo; el boxeador Pascual Pérez, ganador del oro en la categoría mosca; y el maratonista Delfo Cabrera, quien es recordado por el emotivo final.
La actuación en Londres 1948 siguió en sintonía con los rendimientos de Amsterdam 1928 y Berlín 1936, ya que en las tres competencias la Argentina cosechó 7 medallas, concluyendo así los tres mejores desempeños de la historia olímpica. Luego de los juegos en la capital británica los deportistas fueron recibidos como verdaderos héroes.
Los éxitos se extendieron hasta Helsinki 1952. Podios en atletismo, pesas y boxeo caracterizaron la gran actuación argentina, que tuvo como punto sobresaliente el oro conseguido por Capozzo y Guerrero en remo.
A partir de aquí, la cosecha de medallas de oro se vería interrumpida y una producción similar, no se vería hasta Atenas 2004. El golpe de estado a manos de la Revolución Libertadora, traería consigo una sequía en el desarrollo del deporte olímpico que duro más de 50 años.
Una vez establecida la dictadura de 1955 comenzó una persecución a los deportistas por el simple hecho de ser a fines o recibir apoyo del gobierno peronista.
El fondista Osvaldo Suárez fue uno de los tantos atletas perjudicados por las suspensiones que también alcanzaron a gran parte del grupo olímpico.
A partir de Melbourne 1956 los resultados fueron escasos. Ocho medallas en ocho Juegos Olímpicos. Nada comparable con las 38 preseas que hasta ese entonces Argentina lucía en sus vitrinas. En los juegos de Montreal 1976 y Los Ángeles 1984 no se obtuvieron medallas. Por si fuese poco, Argentina se ausentó de la cita de Moscú 1980, al apoyar el boicot de los Estados Unidos durante la Guerra Fría. Mientras que el país atravesaba la última y la más sangrienta de todas las dictaduras, confirmando otra vez que un gobierno de facto le bajaba el pulgar a los deportistas.
Pero con el retorno de la democracia, la Argentina vuelve a figurar en el medallero de la mano de una histórica: Gabriela Sabatini, quien conquistó la medalla de plata en Seúl 1988 y en ese mismo Juego, el voley masculino obtuvo el bronce.
El nuevo siglo arranca con la irrupción de las inversiones privadas en la industria del deporte y el fenómeno de Las Leonas. El equipo de hockey sobre césped femenino se convirtió en un fenómeno deportivo que rindió frutos tras conseguir medallas de plata en Sidney 2000, y de bronce en Atenas 2004 y Beijing 2008.
Carlos Espínola, con el Yachting, se consagró como el deportista argentino más ganador en los Juegos Olímpicos con 4 preseas, dos plateadas en Atlanta 1996 y en Sidney 2000; y dos de bronce en Atenas 2004 y Beijing 2008.
Después de más de 50 años, la vuelta al oro llegó en Atenas 2004 con dos deportes de alta competencia: el fútbol y el básquet por primera vez en la historia lograron el máximo galardón. Con Carlos Tevez como goleador y dirigido por Marcelo Bielsa, el seleccionado de fútbol culminó el torneo sin haber recibido goles y con 17 tantos a favor.
En básquet, la Argentina venció en la semifinal al Dream Team de los Estados Unidos por 89 a 81. Con 29 puntos de Manu Ginobili y una gran actuación del equipo, los conducidos por Rubén Magnano llegaron a la final, en la cual vencieron a Italia por 84 a 69 y se coronaron medallistas dorados.
En la memoria de los argentinos queda la emocionante canasta que ejecutó Emanuel Ginobili, que con una increíble “palomita”, le permitió al seleccionado ganarle sobre la hora a Serbia y Montenegro, para seguir soñando y llegar a lo más alto.
En Beijing 2008, continuaron las alegrías colectivas. El básquet consigue un meritorio bronce y el fútbol se alza nuevamente como el deporte rey de todos los argentinos. De manera contundente se repite el título de 4 años atrás y por primera vez un deporte grupal ganó el oro en dos juegos consecutivos. Nigeria fue la víctima y Argentina se tomó revancha de la final que perdió en Atlanta 1996.
La tradición por el primer lugar se mantiene con el ciclismo. El oro fue logrado por la dupla Walter Pérez y el inagotable Juan Curruchet, un héroe anónimo que se coronaba tras 6 expediciones en diferentes Juegos Olímpicos.
La Argentina cuenta con 66 medallas, repartidas en 15 disciplinas; de las cuales 17 son doradas, 23 plateadas y 26 de bronce. Por esto, el ranking en el medallero histórico lo posiciona en el puesto 41 sobre 222 países.
Los resultados obtenidos por los atletas, son el fiel reflejo de la relevancia del deporte en un estado que los ha tenido presente en diferentes momentos de su historia. Sin embargo, la proyección, la participación e implementación de las políticas deportivas a largo plazo aún no son suficientes ni comparables con el esfuerzo y el talento que nace desde el anonimato de cada deportista argentino.

Christian Ludueña, Nicolás Cáceres, Ezequiel Sánchez y Felipe Cáceres


miércoles, 10 de marzo de 2010

Peligro de extinción




“Vamos vamos xeneizes, vamos transpiren la camiseta, hoy no podemos perder”, es una de las estrofas entonadas por “La 12” en la cancha.
El 8 de julio de 1984, los jugadores de Boca le hicieron unos pequeños retoques a la canción, ya que ésta sí hablaba de transpirarla, pero de desteñirla... no decía nada.

martes, 8 de diciembre de 2009

Información en crisis

Pocas veces en la historia se vieron tan cuestionados los medios de comunicación en Argentina.
Desde la última dictadura que no se pone en duda la función del periodista, pero siempre se discutió sobre el modo en que se brindó la información.
Con la reciente polémica que generó la famosa “Ley de Medios”, los consumidores de prensa, en todas sus ramas, se plantearon si la información que estaban absorbiendo era verídica o era una “movida” política en contra o a favor del Gobierno.
Continuas publicidades y diversos debates dejaron a los medios de comunicación en el ojo del huracán. No sólo por los cruces entre el matrimonio Kirchner y el Grupo Clarín, también porque en el transcurso del conflicto los periodistas se vieron inmersos en un pozo sin fondo que no cavaron ellos.
Aún con la herida abierta por las críticas recibidas durante el auge de la “Ley de Medios”, pocos días después la prensa argentina vivió una de las peores humillaciones y falta de respeto de los últimos años, cuando el mejor jugador de fútbol de la historia mundial y actual técnico de la Selección Nacional, les responde luego de haber clasificado al mundial de Sudáfrica 2010: “Que la chupen… Que la sigan mamando”, en respuesta a las dudas que se habían depositado en él por el pésimo juego y malos resultados de su equipo (eran y son ciertas). Y como frutilla del postre, Maradona no se disculpó ni se mostró arrepentido.
Así están los medios de comunicación. Golpeados y dolidos. Tendrán que mejorar en varios aspectos para volver a recuperar el excelente nivel que siempre tuvo la prensa Argentina.
El periodista tendrá que luchar para que no se pierda lo más valioso de un informante: la verdad. El periodista tendrá que luchar para que la gente le siga creyendo o le vuelva a creer.
Sin embargo, no se le puede quitar importancia al valor que tiene la prensa en Argentina. Un país con una historia tan rica y en la cual la prensa fue testigo fiel a ella.
Hoy están en crisis los medios de comunicación. Es cierto que perdieron un poco de credibilidad, pero no pasará mucho tiempo para que la unión entre el periodista y la gente vuelva a renacer.
CHRISTIAN LUDUEÑA

viernes, 20 de noviembre de 2009

Del carro a la gloria

Historias de caddies que llegaron a ser profesionales.

Por Christian Ludueña y Juan Gilabert.

Llevando el carrito, indispensable para el golf, se convirtieron en grandes jugadores y talentosos deportistas.

Comenzaron trabajando como caddies para conseguir dinero y así ayudar a sus familias, adquirieron los secretos y habilidades del golf, deporte practicado principalmente por la clase alta, pero se convirtieron en deportistas profesionales. Como caddies se codearon con los mejores golfistas del mundo y cumplieron su sueño de pisar famosos campos internacionales.
Es el caso de Roberto De Vicenzo, Ángel Cabrera, Andrés Romero, Eduardo Romero, Vicente Fernández, José Cóceres y Florentino Molina, entre otros, que como jugadores concretaron birdies por todos los continentes.
“El caddie es el complemento de un golfista, no solo lleva el carro con los palos, sino que también debe tener conocimiento sobre diversas situaciones y condiciones climáticas que se presenten a lo largo del torneo. Es indispensable para la concentración del jugador”, comenta Alberto Belliot, ex caddie del Ranelagh Golf Club de Berazategui, quien tuvo el privilegio de compartir una cancha con el ilustre Roberto de Vicenzo, en la década del `80.
En muchas circunstancias del juego, los caddies toman la responsabilidad de aconsejar al jugador en la elección de los palos y esto lleva, en muchas ocasiones, a determinar el resultado de un partido.
Si bien a los largo de la historia del golf, la función del caddie siempre se basó en las mismas tareas, Ricardo Belliot, hermano mayor de Alberto y quien llegó a ser caddie de primera categoría, afirma que los caddies de hoy son más inteligentes y están más dedicados a su trabajo.
“En mi época lo que sabíamos era de tanto estar en el club. Actualmente, los caddies ganan mil veces más plata de lo que ganábamos nosotros. Los caddies argentinos que trabajan en Europa le mandan dinero a su familia. Nosotros lo hacíamos por el Naranjín y el sándwich”, cuenta Ricardo, con una risa irónica.
Sentados en el jardín de la casa de Berazategui, los hermanos Belliot, no pueden hacer caso omiso a sus recuerdos de caddies, allá por mediados del Siglo XX, y hacen referencia al trato que recibían por parte de los golfistas. “En Ranelagh, todos los martes jugábamos los 18 hoyos. Nuestros “patrones”, así llamábamos a los jugadores, nos prestaban sus bolsas de palos y salíamos más de 30 caddies a divertirnos y a demostrar lo que aprendíamos de cada patrón”, recuerda emocionado el mayor de los hermanos Belliot.La realidad en estos días, lamentablemente, es muy distinta. Salvando a los caddies de los jugadores profesionales y consagrados, que en muchos casos tienen algún título universitario, en las canchas argentinas de golf amateur, se puede observar a los golfistas que recién comienzan (todos de clase alta y muy “finos”) tratando de formas despectivas a los muchachos que, para ellos, solo sirven para llevar el carro con los palos.